Seamos realistas estamos en medio de un escenario en el que las empresas multinacionales se dan batalla con las grandes potencias mundiales y les ganan. Es el caso de Google vs. Iran, Airbnb vs. España o Uber vs. todos los países; en casi todos los casos la empresa se sale con la suya. Hoy estamos en medio de Huawei vs. Estados Unidos o para ser más específico la administración Trump. Esta batalla tiene dos frentes: uno geo-político y otro tecnológico.
En el geo-político tenemos la batalla sobre la supremacía y dominio económico-político-militar mundial, en que el ganador termina imponiendo sus sistemas, empresas, creencias, valores y otros factores sobre el territorio de influencia. Esto le brinda una ventaja a la hora de ejercer sus intereses y en últimas beneficia mucho su economía. En este frente se ve venir a China como un gigante en constante crecimiento desde hace 4 décadas.
En el frente tecnológico que hoy es uno de los principales medios para ejercer el dominio geo-político se puede ver una batalla entre la administración Trump y la empresa Huawei. Llevamos 5 meses desde la prohibición de vender a Huawei por parte de la administración Trump y se puede ver que los grandes perdedores junto con Huawei son los gigantes tecnológicos americanos Google y Microsoft, así como también un centenar de proveedores de Huawei que presionan para la terminación de la prohibición que formaban parte de los USD 11 billones en compras (2018) por parte del gigante Chino a proveedores americanos.