En el mundillo del fútbol todos esperamos la llegada del “nuevo Messi”, aunque les cueste admitirlo hasta algunos de los amigos madridistas, ellos también lo esperan. No hace mucho tiempo Ronaldo Nazario fue uno de los primeros niños precoces super-exitosos que hemos visto jugar en este siglo (Messi y Cristiano aparte), logrando ser reconocido por su fútbol y famoso desde muy corta edad. Aún así, debemos tener en cuenta que el nivel futbolistico que va a alcanzar un jugador cualquiera no tiene enteramente que ver con la edad de su debut, y recientemente lo vemos en casos como Kyle Walker, Aritz Aduriz, Jesus Navas y muchos otros que llegaron su mejor momento después de cumplidos los 30 años.
Tocando el tema de la precocidad, Ronaldo Nazario (el gordo) sin haber cumplido los 18 años ya había debutado con equipos de elite y había sido convocado con la selección mayor de su país. Y viniendo al caso de Bojan Krkic, que rompió los récords de precocidad del mismo Leonel Messi en el FC Barcelona y luego quedo en la orilla como muchos otros jugadores que quedan en promesas, fracasan y nunca pasa nada. El éxito de un futbolista es un estadio mental y para llegar a este estadio se necesita además de buen fútbol, tener una cabeza bien amoblada, buen entorno, pies en tierra y mucha guíanza. Y finalmente vocación de ser futbolista, ya que también hay casos de jugadores que después de llegar a la cima, no se mantienen o se vienen abajo por que no nacieron para ser super-estrellas de este deporte.
En el inicio de esta temporada 19-20 hemos visto la irrupción de Ansu Fati como nuevo producto/estrella de la Masía del FC Barcelona, su fútbol despliega guardando las proporciones es una combinación de Thierry Henry con Patrick Kluivert. Y ya hay muchos que se apresuran a llamarlo el “nuevo Messi”; llamarlo de esta manera es casi un augurio al fracaso, ya que sera muy difícil llegar a la altura o si quiera acercarse a estas 15 temporadas de Leo. En este momento nada ayuda a la joven figura del Barcelona a alcanzar el éxito: la danza de los millones de euros, las cámaras, la nacionalización española express, los comentarios en la prensa, radio y TV diciendo que es el “nuevo Messi” y todo esto sigue inflando el ego de la joven figura. Llegar a la cima y manterse no es solo cuestión fútbol y dedicación; es saber rodearse, tomar consejo, asimilar, manejar el ego, la prensa y el dinero y muchas otras variables. Falta mucho tiempo para ver qué sale de Ansu Fati como futbolista, por el momento este todavía niño, solo esta brindando buenas señales de que puede llegar a ser una super-estrella del fútbol mundial; y son solo señales, por qué en realidad todavía falta mucho en su camino.